La visión debe cuidarse en verano
Durante la temporada estival los problemas relacionados con la vista y los ojos se incrementan de una manera importante. Siguiendo algunos consejos podremos evitar tener que pasar por centros de salud debido a problemas ópticos.
En el Centro Óptico oírvision te vamos a dar algunas ideas acerca de los problemas ópticos que se producen habitualmente durante el verano.
El mayor problema del verano es que estamos mucho tiempo expuestos al sol debido a que son muchas las horas de luz, además de que al disponer de más tiempo libre practicamos actividades que en otra época del año no podemos hacer.
Como vamos a estar muy expuestos al sol debemos proteger nuestros ojos de sus rayos y del reflejo de los mismos. Y esto sólo lo podemos hacer con unas buenas gafas de sol. Y cuando decimos buenas nos referimos a "gafas de sol de calidad adquiridas en establecimientos sanitarios de óptica que pueden garantizar la total protección frente a las radiaciones solares nocivas".
Durante el verano exponemos nuestra vista a radiaciones solares nocivas como pueden ser los rayos infrarrojos y ultravioletas, y por ello debemos protegernos eficazmente.
El hecho de bañarnos en piscinas, o incluso en el mar, incrementa el riesgo ya que además de los rayos directos también sufrimos los que son reflejados. Se sabe que existe una relación directa entre la radiación solar y ciertos problemas visuales como las cataratas, queratitis o conjuntivitis. Por ello la protección es importante y los medios que empleemos deben ser de calidad si no queremos arrepentirnos.
“El tiempo de exposición al sol sin protección para que puedan llegar a producirse lesiones oculares en playas o piscinas es de tres a cuatro horas, sobre todo al mediodía. Sólo las gafas de sol adquiridas en establecimientos sanitarios de óptica pueden garantizar la total protección frente a las radiaciones solares nocivas” - Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO)
OJOS Y EL CLORO DE LAS PISCINAS
El cloro que se emplea en las piscinas también es perjudicial para nuestros ojos por lo que no debemos abrirlos bajo el agua. Esto no solo debemos aplicarlo a nuestra experiencia sino también a la de los niños ya que son ellos los que más horas pasan en el agua. Lo ideal es emplear gafas para natación como las que puede adquirir en comercios de deporte.
El cloro es muy irritante para la superficie ocular por lo que evitar el contacto directo es importante.
Si tiene alguna duda, no dude en contactar con nuestros profesionales del Centro Óptico oírvision.