Vivir con tinnitus puede resultar difícil
Antes de iniciar el viaje al interior del oído, debemos saber que la audición es el único sentido que está siempre activo, incluso cuando dormimos. Se trata de un proceso complejo ya que varias partes del oído deben trabajar conjuntamente para convertir las ondas sonoras en información y que así el cerebro las interprete como sonidos.
El proceso de oír y percibir los sonidos sigue varios pasos que revisaremos a continuación los profesionales de oírvision.
El sonido entra en el oído y se canaliza a través del conducto auditivo hasta alcanzar el tímpano. Cuando éste comienza a vibrar pone en movimiento la cadena osicular del oído medio. La llamada cadena osicular está compuesta por los huesecillos del oído, es decir, el martillo, el yunque y el estribo. Estas vibraciones producidas por los huesecillos del oído se desplazan hacia el oído interno.
Nos encontramos ya en el oído interno, allí la cóclea desempeña un papel fundamental. Es aquí donde la energía mecánica del sonido se transforma en señales neuronales que son captadas por el nervio auditivo, para más tarde, desplazarse al cerebro.
¿Cómo es la cóclea?
La cóclea es un tubo en forma de espiral lleno de fluido. Las células ciliadas, o células sensoriales, cubren por completo toda la extensión de la cóclea. Estas células poseen la capacidad de distinguir entre sonidos graves y agudos. Para que nos formemos una idea más completa de cómo son estas células, imaginemos que se encuentran dispuestas como las teclas de un piano a lo largo de toda la extensión de la cóclea. Estas teclas producen señales eléctricas que se transmiten a través del nervio auditivo hasta llegar al cerebro.
Lo increíble de este viaje, es que se sucede tan rápidamente que las personas pueden oír el sonido al instante y de manera continua.
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